Qué miércoles para agradable y agotador. No era un día de carcajadas, pero tampoco de tristezas. Era un día de letras y lapiceros, de discos viejos y canciones azules.
Despreocupada hasta las uñas como poquísimas veces hizo más deberes caseros de los acostumbrados. Sonreía no solo con los labios, también con los ojos, con las manos, con su prosa y su poesía, como sol de mediodía.
Despreocupada hasta las uñas como poquísimas veces hizo más deberes caseros de los acostumbrados. Sonreía no solo con los labios, también con los ojos, con las manos, con su prosa y su poesía, como sol de mediodía.
Sol que disfrutaba su soledad, porque vaya que ama los destellos de verano, como la música, el olor de los geranios rotos y al Dios que lo hace posible.
Y así con el sueño colándose por sus ojos volvió a plantearse la vida y esa rutina que tanto disfruta. Reintento el cuento inconcluso que aun guarda en su lapicero. Y mientras meditaba con Sabina y se reía de él, pensó en los errores cometidos, en los silencios guardados y es que quien no se equivoca a los 22 y calla huyendo del “TE LO DIJE”.
Entonces cerró los ojos y se quedo dormida.
2 comentarios:
ME EKIVOKARE A LOS 22????
Q TAL MIERCOLES... DESPREOCUPADA HASTA LAS UÑAS... Q RELAJAA VIDA :S KISIERA VIVIR ASI.. SIN TENSIONES DE TRABAJOS O EXMANES :(
ATTE. LA INOPORTUNA
q bacan q te guste sabina,q tengas muchos dias asi de tranquilos y productivos
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