Enero de 2016, regresé a casa. Al principio me sentía fuera
de lugar, era mi hogar es cierto, pero había pasado 2 años fuera de ella. Tenía
mis propias manías de ama de casa, mi estilo de cocinar y mi horario para comer
lo definía el hambre. Si quería estar sola, por el simple hecho de disfrutar la
soledad no había problema, nadie se preocupaba pensando que tal vez me pasaba
algo. El volumen nunca era demasiado, pues solo estaban mis oídos. Era mi
espacio, y empezaba a conocerme, pero mi economía cambio de golpe. Sin dinero
no podría concretar mi plan de mudarme a Cajamarca en abril de 2017. Tenía
otros ahorros en una cuenta a plazo fijo que vence en unos días, pero siempre los
consideré inexistentes ya que los guardaba para casos extremos, aunque nunca
definí bien que podría calificar como tal. Así que necesitaba ahorrar, y tocó volver.
No me malinterpreten, que diga que fue difícil, no significa que fue un mal
año. Me descubrí queriendo a mis padres de un modo distinto. Ya no era
quererlos porque si, había tenido 2 años para tomar mis propias decisiones y
muchas veces me descubría recordando sus consejos, compartiéndolos y admirando
aquella sabiduría que no todos los hijos pueden ostentar de sus padres. Llegué
a ese feliz momento de saber que aun si no fueran mis padres, los querría de
amigos. Así que fue el mejor año que pasé en casa, lástima que no pude
disfrutar mucho de mi hermano, se mudó en febrero a descubrir sus propias
manías. Obviamente mis padres no son perfectos ni estoy de acuerdo con todo lo
que opinan, dicen, hacen o sienten, y de seguro a ellos les pasa igual con nosotros,
pero respetamos las individualidades del otro. Ese fue mi regreso a casa, como
una adulta que disfruta volver a ser niña cuando mami hace un cake o papi la
toma entre sus brazos. Que sigue encontrando la cura al insomnio cuando de
madrugada se hace un espacio en medio de ellos y le dicen que todo va a estar
bien.
Ese fue el resumen de mi vida desde enero de 2016 hasta el
25 de abril de 2017.
Nos vemos en el camino.
Y recuerda, si ya vives solo(a) y tienes una bolsa de bolsas, tendrás también una madre orgullosa.
4 comentarios:
Volver con la frente marchita (...) sentir que es un soplo la vida
Tomaste impulso para dar un salto... Bien echo!!!
Atte. La inoportuna
Que 28 años no es nada? 🤔😛
Gracias! Lo intento. Ya veremos cómo va!
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