Dijeron que debía encontrarme a mí misma, así que empecé a viajar. Aunque a veces pienso que debí irme directo a las nubes.
El caso es que no se como funciona para otros, pero yo salgo a encontrarme todos los días y los resultados son diversos.
Hoy por ejemplo me he encontrado dos veces.
Hace un rato, dentro de cinco minutos de lluvia y caminando por el barro.
Luego, escuchando un ukelele y con los rayos de sol colándose hacía mi cama, abrigando mi pereza.
Mañana quién sabe.
Eso es todo por hoy.
Nos vemos en el camino.
Y recuerda, si estás pensando salir a encontrarte un paraguas nunca está de más.
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