lunes, 17 de julio de 2017

CAJAMARCA DÍA #82

Tras un par de meses en los que intenté hacer más de lo que podía y estuve a punto de colapsar, la semana que pasó por fin bajé, al menos un poco, las revoluciones. Me permití nuevamente caminar lento y detenerme cuantas veces un destello de belleza, grande o pequeño, evidente o sutil, se estrellara contra mis ojos y me quitara el aliento.









Acepté la invitación de unos amigos para ir a conocer la laguna San Nicolás cerca a Namora, un pueblito como a 1 hora de Cajamarca.







Comí helados, trucha frita (olvide tomarle foto) y algo que aquí llaman alfajor, aunque sigo buscando el porque.


Helado artesanal de Namora.


Seudo alfajor.


Encontramos en el camino, restos fósiles de la extinta vida marina que alguna vez hubo aquí.



Fuí a mi segunda casa en esta ciudad, la de una familia que me ha adoptado como una hija más y ayudé a preparar cachangas en la cocina de leña. Comimos dulce de chiclayo, una especie de calabaza según me parece por su forma. Y terminamos de ver la ultima temporada de Sherlock Holmes



Cachangas fritas.

Dulce de chiclayo.
También saqué tiempo para visitar a una pareja de italianos que viven no muy lejos de mi casa. Tienen alrededor de 60 años, pero la valentía que se da por sentado como exclusividad de la juventud, para darle a su vida un giro de 180°. Se mudaron hace 6 años a este rinconcito del mundo, tan lejano de su zona de confort. Soltaron (vendieron) todo lo que tenían en su país, en busca de darle un mejor propósito a su vida, regalar a otros su tiempo y el secreto de su felicidad. Ella, antigua amante del shopping en uno de los más oportunos lugares para serlo, entendió un día esa verdad que muchos prefieren evadir. Que pasados ciertos límites cada compra innecesaria, cada preciosa joya, cada prenda, solo servían de relleno para un vacío hambriento que nunca se satisfacía. De él aún no se mucho, pobre hombre compartiendo la cena con dos mujeres que no paran de hablar, en especial yo, lo admito. Pero vaya que se divierte cual niño dándole la contra y haciéndola enojar, para luego sonreírle y desmoronar los intentos de ella por mantenerse seria. Como no disfrutar el simple hecho de observarlos.

Y así más o menos es como va mi vida. Simple, feliz, llena de gente, detalles y momentos que le dan sentido a todo.

Nos vemos en el camino.

Y recuerda, si sientes un vacío dentro de ti, quizá te haga falta hacer cosas por otros o puede que solo tengas hambre.

jueves, 13 de julio de 2017

CAJAMARCA DIA #78 (flashback)

Enero de 2016, regresé a casa. Al principio me sentía fuera de lugar, era mi hogar es cierto, pero había pasado 2 años fuera de ella. Tenía mis propias manías de ama de casa, mi estilo de cocinar y mi horario para comer lo definía el hambre. Si quería estar sola, por el simple hecho de disfrutar la soledad no había problema, nadie se preocupaba pensando que tal vez me pasaba algo. El volumen nunca era demasiado, pues solo estaban mis oídos. Era mi espacio, y empezaba a conocerme, pero mi economía cambio de golpe. Sin dinero no podría concretar mi plan de mudarme a Cajamarca en abril de 2017. Tenía otros ahorros en una cuenta a plazo fijo que vence en unos días, pero siempre los consideré inexistentes ya que los guardaba para casos extremos, aunque nunca definí bien que podría calificar como tal. Así que necesitaba ahorrar, y tocó volver.
No me malinterpreten, que diga que fue difícil, no significa que fue un mal año. Me descubrí queriendo a mis padres de un modo distinto. Ya no era quererlos porque si, había tenido 2 años para tomar mis propias decisiones y muchas veces me descubría recordando sus consejos, compartiéndolos y admirando aquella sabiduría que no todos los hijos pueden ostentar de sus padres. Llegué a ese feliz momento de saber que aun si no fueran mis padres, los querría de amigos. Así que fue el mejor año que pasé en casa, lástima que no pude disfrutar mucho de mi hermano, se mudó en febrero a descubrir sus propias manías. Obviamente mis padres no son perfectos ni estoy de acuerdo con todo lo que opinan, dicen, hacen o sienten, y de seguro a ellos les pasa igual con nosotros, pero respetamos las individualidades del otro. Ese fue mi regreso a casa, como una adulta que disfruta volver a ser niña cuando mami hace un cake o papi la toma entre sus brazos. Que sigue encontrando la cura al insomnio cuando de madrugada se hace un espacio en medio de ellos y le dicen que todo va a estar bien.

Ese fue el resumen de mi vida desde enero de 2016 hasta el 25 de abril de 2017.

Nos vemos en el camino.

Y recuerda, si ya vives solo(a) y tienes una bolsa de bolsas, tendrás también una madre orgullosa.

miércoles, 5 de julio de 2017

CAJAMARCA DÍA #70

Empiezo a escribir este post a las 9:52 PM. Tengo un ligero dolor de cabeza ocasionado por mi facilidad para abrumarme y una contractura que empezó en el hombro derecho y ya no tengo muy claro que rumbo intenta tomar.


Cuál es el problema?
Hace poco más de dos semanas, mi gran problema era no lograr muchas ventas. En una nueva ciudad, donde no tengo la cartera de clientes de la ciudad anterior, esas cosas suelen pasar. Ahora las cosas cambiaron. La gente se ha pasado la voz, recomiendan mis mermeladas y mi mantequilla de maní. Algunos clientes me escriben mensajitos de felicitación y agradecimiento por el buen producto y lo admito, me encanta. Eso y el trabajo de limpieza en el edificio me dan justo el dinero que necesitaba para vivir.

Supongo que en este momento seguirán esperando la respuesta a cual es el problema. Lo sé, suelo irme por las ramas, pero ahí les va.

Me está costando demasiado organizarme y no soy de las personas que funcionan mejor bajo presión.
Me levanto temprano a preparar el desayuno, salgo corriendo para llegar casi siempre tarde (odio la impuntualidad ) a todos lados. Regreso al medio día o más, cocino alguna cosa o voy a comprar comida si siento que las fuerzas no me dan. Luego me pongo a preparar mermeladas y si ya las tengo hechas salgo a hacer delivery. Voy y compro más fruta, invierto y re invierto. Compro víveres para algunos días, atiendo a los clientes por las redes mientras camino de un lado a otro. Llego por la noche, muchas veces a picar la fruta que compré y dejarla macerando para prepararla en la siguiente tarde. A eso, se suman esas cosas cotidianas que también toman su tiempo. Lavar ollas y platos, limpiar la habitación, mantener o recuperar su orden, lavar ropa, plancharla y acabar mi día a las 11 o 12 pm.

Es así que hoy a las 8:00 PM, a mitad de una agradable reunión con amigos que nunca está de más en medio del caos, mi mente empezó a recordar toda su lista de pendientes y el casi nada de tiempo libre que quedará. Entonces tuve todas las ganas de no hacer ninguna. Que tal si me hago la loca y me quedo durmiendo todo el día? Que tal si regreso a casa de mis papás? que tal si... 

Entonces acabó la reunión y como siempre, mi rostro reflejaba todos mis debates internos. Fue así, que una nueva amiga mucho mayor que yo, de esas que siempre dicen algo sabio con la facilidad con que uno respira, se acercó y me dijo:

- Tengo un amigo que vive bajo mucha presión, y cuando ya no puede más se pone a pintar, desfoga todo y luego puede volver a empezar. No hay algo que te relaje de la misma manera?

- Escribir!

- Pues escribe, desfoga, reinicia y también visítame. Que a veces hace falta hablar, tomar un te y olvidar todo por un buen rato.

Así que, aquí me tienen. Son las 11: 05 PM, no se si me dará tiempo para picar todas las frutas que debo, o si mañana lograré llegar a tiempo, pero sin duda he disfrutado escribiendo esto. Gracias por darse tiempo de leer está verborrea hasta el final e ignorar la ausencia de fotos.

Nos vemos en el camino.

Y recuerda, si eres una contractura en el hombro procura quedarte ahí. Que es eso de acaparar la mitad de mi delgado ser?
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...