sábado, 15 de enero de 2011

NADA DE NADA

Llevo una semana en clases de natación y aunque soy la mayor de la clase (excepto por un chico que casi nunca va) soy la que menos sabe. A pesar de eso y del ataque de pánico que me da cuando entro a la piscina, hay algo en el agua que me vuelve inmensamente feliz, y eso me gusta.


Esa felicidad es inexplicable, tomando en cuenta que mi conocida torpeza, ahora tiene su versión acuática. Para que tengan una idea, si en tierra a hay veces en que mis pies se chocan entre ellos al caminar, en el agua mis pies chocan al patalear. Si en tierra mi descoordinación me hace difícil bailar y conversar a la vez, en el agua se me dificulta patalear, bracear y sacar la cabeza para respirar al mismo tiempo.


A pesar de todo, como ya dije, en el agua soy feliz. Quizá influya el hecho de que mi profesora es muy paciente y agradable. Ella es de las que siempre creen que se puede, incluso para una neófita en el tema como yo.


Pero toda historia tiene personajes desagradables, en esta ocasión ese personaje es ¡LA TABLA FLOTADORA!!! Pero ese será tema de otra entrada.

3 comentarios:

Sebastian Medina dijo...

Hola Vicko, Me gustó, me sonó muy sincero.

Saludos

Sebastian Medina dijo...

Hoola, yo tampoco se nadar =( y cuando pense en tomar clases me frene al ver la tablita de tecnopor..... me dio mucho roche.

Saludos y sigue así!

PD el comentario anterior era para tu entrada del 8 de enero.

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJA PERO POR LO MENOS AHORA FLOTAS SOLITA!!!!YO TE VI
ATTE. LA INOPORTUNA

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