Sin quererlo te convertí en el agregado mas absurdo.
Lo siento.
Me distraje
intentando conseguir lo que quería,
que apenas noté
que tenía enfrente lo que necesitaba.
¿Como pasó que simplemente no te vi?
¿si las luces de neón dirigían todas a ti?
Tu,
tan incapaz de dañarme
que te me hiciste invisible.
Yo,
tan torpe en mis elecciones
que quejarme apenas sirve.
Pero créeme que lo siento.
Siento haber ignorado a mi cerebro
y escuchado torpemente a mi corazón.
Haber saltado al vacío
y no aferrarme a la razón (tu razón).
Así que, como culparte
por tan larga ausencia,
si bien merecida
me tuve tu indiferencia.
Y aun así
decidiste regresar,
con la misma calma y certeza
que antes preferí ignorar.
¿Habrá cambiado tu intención?
No me sorprendería.
Lo que importa es que has vuelto
a contagiarme tu alegría.
1 comentario:
Precioso. Tus letras siempre lo son. Es bueno darse cuenta de dónde está lo que realmente necesitamos, aunque si nos tomamos mucho tiempo para ello, hay que saber afrontar las consecuencias. Tú eres valiente, y lo harás. Y ese alguien estando allí a pesar de todo, demuestra que sigues siendo muy importante para él. ¡eso es algo maravilloso!
Otro abrazo. (A este paso te tendré toda estrujada =S)
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